"Buda explotó por vergüenza"


Hana Makhmalbaf, una joven directora de cine iraní de 18 años

SAN SEBASTIAN, España (AFP) — La iraní Hana Makhmalbaf es a sus cortos 18 años toda una directora de cine. Esta joven mujer de recorrido atípico que se niega "a sólo figurar", presentó con mucho aplomo su primer largometraje en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Vestida de negro, con visera y largos pendientes de plata, Hana Makhmalbaf viene a defender a esta ciudad vasca su "Buddha collapsed out of shame (Buda explotó por vergüenza)", un emotivo film sobre niños afganos que sólo saben jugar a la guerra.

Esta cineasta que justo sale de la infancia concede un lugar anecdótico a los adultos en su película que ha conquistado al público y la crítica en San Sebastián.

A los que se preguntan cómo es posible presentar una película en un gran festival con sólo 18 años, Makhmalbaf no duda: "estar en el cine desde que tenía ocho años".

"Como chica de 18 años que vive en el Irán actual haciendo frente a presiones ideológicas, políticas y sociales muy particulares, tengo mucho que contar", explica.

En la familia Makhmalbaf, el padre, Moshen, es realizador, la madre es guionista y las dos hijas Samira y Hana son realizadoras, mientras que su hermano, Maysan, es productor.

"No sé qué es más difícil, ser una mujer en Irán o ser un miembro de la familia Makhmalbaf", dice a AFP la joven cineasta. "El cine nos obliga a tener una vida nómada", añade Hana, cuya película no ha logrado la autorización para su exhibición en Irán.

"Buddha collapsed out of shame" se "rodó en Afganistán, se montó en Tayikistán y se terminó en Alemania", explica la joven, que sueña con poder rodar un día en su país.

Hana Makhmalbaf abandonó la escuela muy pronto, con el apoyo de su padre "a quien el sistema educativo iraní, que enseña más ideología que conocimientos, no gustaba", dice.

A partir de entonces se une a la escuela de cine familiar y presenta en 1997 en el festival de Locarno su primer cortometraje, "The day my aunt was ill", con sólo nueve años.

"Me niego a ser una simple extra de mi vida, eso es para las otras chicas. He decidido hacer lo que me gusta hacer", asegura la joven, cuya determinación no deja a nadie indiferente.

En San Sebastián, está acompañada por su hermano Maysan, de 35 años. Es el productor de la película pero también el protector y confidente de su hermana.

La joven entiende el inglés pero habla en farsí y prefiere que su hermano le traduzca las preguntas de los periodistas.

Al final de un duro día de promoción, Hana, quien hasta entonces tenía la mirada de un adulto, hace un mohín y vuelve a ser adolescente para quejarse del cansancio tras una larga serie de entrevistas.

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