
Aporte del nuevo cine uruguayo
Tras hacer clips publicitarios en los Estados Unidos, el realizador dio forma a su primer largometraje, cuyo tema, aclara no es autobiográfico. En la trama, la vida de un joven creativo que dice tener "la idea" del año. Se verá mañana.
Con imágenes que definen una Montevideo poco conocida, Carlos Ameglio mostrará a partir de mañana su primer largometraje, "La cáscara", mientras continúa dedicándose a la publicidad, rubro en el que comenzó más de diez años atrás.
Nacido en Montevideo dice que hace cine desde que tenía doce años, cuando filmó su primer corto. En La Prensa, Ameglio explica que no puede considerárselo un publicista porque no lo es. “Soy un director que hace comerciales o filma cine publicitario y en estos momentos divido mi trabajo en contínuos viajes para rodar en la Argentina, Europa y los Estados Unidos”, sintetiza.
FUERA DE MOLDE
En "La cáscara" Ameglio cuenta la historia de Pedro, un joven dibujante que trabaja en una agencia de publicidad con Juan, su amigo y jefe que muere repentinamente llevándose con él la "idea del año". Pedro toma la posta y les hace creer a todos que estaba al tanto de aquella propuesta, cuando en verdad no es así. Hasta que al final los acontecimientos toman un giro imprevisto.
"La cáscara" que fue coproducida con España, se dió a conocer el pasado julio en ese país y recibió muy buenos comentarios. En Uruguay fue estrenada la semana pasada.
Para Ameglio, la suya es una película independiente, que escapa al molde de las convenciones, “porque el héroe no es un marginal, ni tampoco un ejecutivo, es un joven que está "vacío" de ideas y eso lo ubica en un extraño lugar frente a los demás”.
LETRAS ORIENTALES
“Aunque se la confunde con que es una película que trata sobre la publicidad no es así, porque el tipo de agencia que se muestra en el filme no existe más. Un lugar tan carente de glamour sólo puede darse en el Uruguay. Mi idea fue crear un personaje, que se parece a algunos de los héroes de Dostoievski. O quizás más cercanamente a la literatura de Mario Lebrero o Filisberto Hernández, cuyos héroes están a punto de perderlo todo y se muestran torturados y mediocres. La verdad que no tengo muy claro los por qué de este protagonista, seguramente también hereda ciertas cosas de los filmes de ciencia ficción que vi en mi adolescencia en la Cinemateca uruguaya”, afirma sonriendo Carlos Ameglio.
“Sí puedo decir que es un personaje totalmente alienado que vive en una ciudad en la que cuesta comunicarse. Los hombres y mujeres de mi película se comunican a través del teléfono, o el mails, pero en definitiva son muy solitarios, en ese aspecto también es un filme que hace referencia a los problemas de la globalización”.
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