Cine Polaco

Al cine por la patria

El Gobierno polaco obliga a 130.000 militares a ver la película que relata la matanza de 22.000 oficiales por los soviéticos en 1940

KATYN fue un nombre prohibido en Polonia durante el largo régimen comunista. Pero cuando 1989 abrió la puerta de la democracia, Andrzej Wadja, su más famoso director de cine, comenzó a madurar una idea que había silenciado durante casi toda su vida: llevar a la pantalla la masacre cometida por los soviéticos en 1940 en la que asesinaron a unos 22.000 oficiales del Ejército polaco.

«Necesité mucho tiempo para ser capaz de rodar esta película que cuenta también la historia de mi propia familia», dijo el cineasta cuando 'Katyn' llegó a las pantallas hace poco más de un mes. El padre del director, el teniente Jakub Wadja, fue uno de los oficiales ejecutados de un tiro en la nuca.

El filme recoge testimonios reales de las víctimas, sacados de los diarios y cartas que llegaron a manos de sus familiares, para contar el cruel destino de cuatro oficiales de ficción. A través de ellos, Wadja recrea un fresco trágico de la historia de su país, que fue atacado desde el oeste por los nazis el 1 de septiembre de 1939 y diecisiete días después por el Ejercito Rojo desde el este, gracias al pacto secreto firmado entre Hitler y Stalin.

La masacre de Katyn fue descubierta por la Wehrmacht alemana cuando avanzaba hacia Moscú, pero la propaganda soviética culpó a Hitler de la matanza y castigó con duras penas de cárcel a todos los que se atrevieron a mencionar el nombre prohibido. No fue hasta 1990 cuando Rusia admitió que la Policía secreta de Stalin había sido la autora del masivo asesinato.

«Ningún cineasta sano de espíritu pudo llevar lo sucedido en Katyn a la pantalla durante la época comunista. En caso contrario, tendría que haber presentado la versión oficial», señaló Wadja. «Mi película muestra también la mentira defendida por el régimen polaco que siempre atribuyó la masacre a los alemanes».

Herramienta política

'Katyn' ha sido seleccionada para competir por el Oscar y, desde ayer, se ha convertido en una nueva herramienta de propaganda política destinada a resaltar los «valores patrióticos y morales» de la nación polaca. Y para aprovecharse de ello, en plena campaña electoral, el Ministerio de Defensa ha ordenado a los 130.000 soldados del Ejército que vean la película de Wadja. «Los militares deben conocer el precio que un hombre de honor tiene que pagar por el derecho de serlo por sus principios», manifestó el portavoz ministerial, Jaroslaw Rybak, al anunciar una medida cuando menos insólita.

«Los soldados tendrán que asistir a la proyección dentro de las actividades culturales que se organizan para ellos durante el fin de semana», añadió Rybak. «Les ayudará a entender el honor que entraña servir en el Ejército y defender a la patria».

Pero también será una baza a favor de los gemelos Kaczynski, enfrascados en una furiosa campaña electoral para mantenerse en el poder. Desde que gobiernan, uno como presidente y otro como jefe del Ejecutivo, nunca han ocultado un feroz anticomunismo y con ese objetivo llevan a cabo un programa para desenmascarar a todos los polacos que colaboraron con el ominoso régimen antidemocrático.


http://www.ideal.es/granada/20071004/mundo/cine-patria-20071004.html

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